domingo, 27 de septiembre de 2009

Encuentro Virtual de Escritores

Les presento al escritor cubano Aramís Quintero, Nació en Matanzas, Cuba, el 3 de septiembre de 1948. En esta ciudad realizó sus estudios primarios y de secundaria básica, así como dos cursos en la Escuela Taller de Artes Plásticas. Los estudios de bachillerato y la carrera universitaria los realizó en La Habana. En 1971 se graduó como Licenciado en Lengua y Literaturas Hispánicas, en la Escuela de Letras y Arte de la Universidad de La Habana. Posteriormente tomó varios cursos en la Escuela Vocacional de Música de Matanzas, y en la Escuela de Idiomas, donde se graduó en inglés y francés. También, por razones de trabajo, hizo estudios de apreciación cinematográfica, y de dirección artística de espectáculos.

Principales libros publicados para niños y jóvenes:
Días de aire (Gente Nueva, La Habana, 1982, Premio nacional La Edad de Oro) Maíz regado (Gente Nueva, La Habana, 1983, Premio nacional La Edad de Oro) Fábulas y estampas (Unión, La Habana, 1987, Premio nacional Ismaelillo) Letras mágicas (Gente Nueva, La Habana, 1991) Los sueños (Gente Nueva, La Habana, 1994, Premio nacional La Edad de Oro) Imágenes (Unión, La Habana, 1997, Premio nacional Ismaelillo) Oh tiempo (Gente Nueva, La Habana, 1998
El escritor dedica en forma muy especial unas palabras para nosotros en un mail:

"Nancy, te mando con gusto un comentario que podría motivar a los niños y niñas de la escuela Las Colonias de Paine a pensar sobre la poesía."

"Si la poesía para niños tiene verdadero nivel literario, entonces no es sólo para niños, es para todas las personas, de todas las edades, que sean capaces de apreciarla."

"Te mando además un poema que quizás no encuentres en internet y que se puede leer a partir de 10 años. Está en mi libro "Todo el cielo un juguete", publicado en Chile por Arrayán pero difícil de conseguir. (Lo único que hace falta es mucho cuidado al copiar el poema, porque cualquier cambio puede afectar la sonoridad"


“De terciopelo"


Vestido de terciopelo

pasa el rey de las arañas,

preguntando por la reina,

que anoche estaba muy pálida.


Sus ocho botas de cuero

no se escuchan en la sala,

como si de seda fueran

o sobre el aire pisaran.


Le contestan en silencio;

no lo miran a la cara;

suena, en el fondo, una puerta;

pasa el viento, solo, y canta.


Todos piensan una tela:

otra cosa no pensaran.

Una tela de hilos grises

y de muselina blanca.


Y sobre el escudo negro

del reino de las arañas,

luce el nombre de la reina

bordado en hilos de plata

Aramís Quintero


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