. Aquí va el cuento prometido de la escritora Eliana Ladrón de Guevara, para que lo disfruten.
Eliana Ladrón de Guevara
www.ladrondeguevara.cl
Consejo
Luego de un día de reflexión, solo, en la última rama del árbol, decidió que quería ser escritor. Y como todo escritor, colgado de la cola y con la pata derecha agarrada de la rama del lado, decidió escribir. Buscó papel y lápiz y comenzó a crear.
Del árbol siguiente la mamá lo llamó para que comiera. Nada. Pensaba en una
historia que contar. Escribió algunas letras y continuó creando. Después de un
rato, escribió otras pocas letras y siguió pensando.
Así se pasó el día colgado de la rama. La mamá preocupada le preguntó qué le
pasaba.
- Estoy creando.
- Está bien- aceptó la mamá y escogió los plátanos más bonitos de la despensa y se los llevó. Él miraba una mariposa posarse en su nariz, decidió entonces
escribir...sobre las mariposas.
Mientras masticaba la blanca pulpa del plátano, decidió escribir acerca de lo rico de esa fruta o, tal vez, acerca de los monos. ¿Podría acaso relatar las historias de aquellos animales? Bastante los conocía, pues era uno de ellos.
Al otro día, luego de dormir en la rama donde había estado el día anterior, decidió bajar y consultar a la mamá acerca de qué podía escribir.
- Tendrás que esperar un tiempo, hijo- dijo la mamá. Para escribir tienes que
conocer todas las letras del abecedario, las vocales y las consonantes... Y lo
abrazó con cariño.
- ¿Que son las consonantes?- preguntó el hijo con los ojos cerrados y sintiendo los latidos del corazón de la mamá.
- Las letras que te faltan por aprender- respondió la mamá besándolo en la
cabeza.
FIN
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Consejo
Luego de un día de reflexión, solo, en la última rama del árbol, decidió que quería ser escritor. Y como todo escritor, colgado de la cola y con la pata derecha agarrada de la rama del lado, decidió escribir. Buscó papel y lápiz y comenzó a crear.
Del árbol siguiente la mamá lo llamó para que comiera. Nada. Pensaba en una
historia que contar. Escribió algunas letras y continuó creando. Después de un
rato, escribió otras pocas letras y siguió pensando.
Así se pasó el día colgado de la rama. La mamá preocupada le preguntó qué le
pasaba.
- Estoy creando.
- Está bien- aceptó la mamá y escogió los plátanos más bonitos de la despensa y se los llevó. Él miraba una mariposa posarse en su nariz, decidió entonces
escribir...sobre las mariposas.
Mientras masticaba la blanca pulpa del plátano, decidió escribir acerca de lo rico de esa fruta o, tal vez, acerca de los monos. ¿Podría acaso relatar las historias de aquellos animales? Bastante los conocía, pues era uno de ellos.
Al otro día, luego de dormir en la rama donde había estado el día anterior, decidió bajar y consultar a la mamá acerca de qué podía escribir.
- Tendrás que esperar un tiempo, hijo- dijo la mamá. Para escribir tienes que
conocer todas las letras del abecedario, las vocales y las consonantes... Y lo
abrazó con cariño.
- ¿Que son las consonantes?- preguntó el hijo con los ojos cerrados y sintiendo los latidos del corazón de la mamá.
- Las letras que te faltan por aprender- respondió la mamá besándolo en la
cabeza.
FIN
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